lunes, 17 de octubre de 2011

'SAIYAJIN WAR' reiniciando la marcha...

Como ya lo puse en un Post anterior he estado trabajando de lleno en la historia que como hace 4 años (según la fecha del último archivo modificado) deje varada.
Trato de recordar por qué lo hice... quizá necesitaba un descanso de la ola de Dragon Ball y otras nuevas series me motivaron y fueron más atractivas para escribir sobre ellas...
Seguramente algo así fue, pero el karma es vengativo y ahora que he querido avanzar ese fic estoy batallando muchisimoooo Dx

Cambiar de sintonía Shaman King/Saint Seiya a la de Dragon Ball ha sido un paso difícil, Y MÁS SI la trama se había quedado truncada en peleas y problemas.
El capitulo 13 que tenía en mi PC estaba ya empezado, y en mero enfrentamiento. Por más que quise empaparme de la sintonía del fic batalléeee demasiado para acoplarme, pero pues ya, he terminado y ahora esta en manos del Lector Beta.

Cosas curiosas
-Saiyajin War estaba escrita con mi vieja manía de hacer capítulos muy largos, entre 18-20 paginas... no estaba segura si deber seguir con lo mismo o ya darle el largo que actualmente manejo... Puede que para el episodio 14 ya lo haga de 10-12 paginas, pero el 13 me quedó de unas 17 por decisión propia.

- Un consejo, Nunca hagan lo que yo... acaben su fic cuando ya están embarcados en él; pausarlo por taaanto tiempo es maaaaaalo, o cuando menos, pónganle STOP en una parte moderadamente tranquila jajaja sino sufrirán XD

- Siempre he sabido que esta saga que me he inventado esta cargada de cosas horribles e insensatas que escribí en mi juventud jajaja Jamás he creído que soy grandiosa o visionaria ni nada, la verdad si pudiera regresar en el tiempo lo evitaría y escribiría otras cosas XD.... pero como no puedo viajar en el tiempo (aún juju) he decidido que algún día en el futuro lejano tengo que escribir algo para compensarlo, como dijo un amigo "ULTIMATE DRAGON BALL ULTIVERSE"... si la DC y MARVEL (y ahora hasta algunos animes) lo hacen cada que se les antoja, quiero escribir un nuevo fic dentro de un universo alternativo donde usaré a los personajes ya inventados a lo largo de mi saga para crear una historia algo diferente pero a la vez semejante, pero ya más centrada y sensata... Pero eso es solo un plan que se me ha venido a la mente ante esta Quest de terminar SAIYAJIN WAR.

De hecho hasta tentada he estado de mejor no terminar SW y ya iniciar los planes del 'Ultimate', pero... por otro lado pienso que no es justo y que esta línea de tiempo debe llegar a su fin XD, por lo que seguiremos hasta como está planeado.
ADEMAS que Cort ha aparecido ya en un par de fics de otros autores y pues merece la pena acabar su historia n___n

Uff, me desahogué, en resumen, me he estado esforzando por seguir con mi antiguo fic, y ahí la llevamos =D
Proximamente el capitulo 13 y el 14 ya lo estoy comenzando.

¡Un abrazo a todos!

domingo, 2 de octubre de 2011

El Legado de Atena Cap.23 UP!! & NOTICIAS

Saludos a todos los lectores
El capitulo 23 de El Legado de Atena se encuentra Online!
Aquí el enlace directo en FF.net
O pueden leerlo en el POST anterior, o el link de aqui en el menu ---->

RESEÑA:
Seiya de Pegaso cree que el responsable de lo ocurrido en Egipto y el Santuario es Yoh Asakura, está dispuesto a encontrar las pruebas necesarias para hacerle frente.
Mientras en el Santuario la situación se tranquiliza, Sennefer reaparece a orillas del mar donde una aliada le recrimina su tardanza.
Al final, Yoh Asakura abandona la aldea apache junto con su espíritu acompañante.

SOBRE EL CAPITULO 23
Con este episodio tuve algunos problemas para rellenar ya que de poner ciertas situaciones hubieran alargado todavia más el capitulo y tenía planeado que todo se mantuviera en 'calma', aún es pronto para reiniciar las confrontaciones XD.

NOTICIA:
Y aquí es donde debo de dar una noticia:
EL LEGADO DE ATENA tendrá una pausa a partir de este episodio.
¿La razón?
Deseo terminar un fanfic mio que tengo como 3 o 4 años en pausa, aquel llamado SAIYAJIN WAR, de Dragon Ball.
No me había preocupado por él hasta que un viejo amigo me dijo que se le hacía raro que no lo haya finalizado, considerando que cuando ciertas personas piensan en "Ulti_SG" lo primero que recuerdan son sus fics de Dragon Ball (brrr scaryyyy) así que... ya que me puse a pensar en eso me quedé "Es cierto, DEBERIA de terminar ese fic de una vez por todas y así cerrar ese ciclo" jaja y por eso debo hacerlo (no diré el nombre de este amigo por su bien XD jajaja)

Así que espero me entiendan, me disculpo, pero es algo que ya debo terminar.
Aprovecharé que estamos en Capitulos Calmados para poder dar la Pausa yyyyy cuando volvamos pues empezaremos con cosas intrigantes o intensas comoooo REUNION DORADA y REUNION DE VILLANOS, así es, ya sadrán en escena los villanos misteriosos XD
Pero todo estooo será hastaaaa ENERO DEL 2012.

Mis disculpas la verdad, pero una autora debe hacer lo que una autora debe hacer.

Un fuerte abrazo a todos y nos vemos en las proximas publicaciones!!!

EL LEGADO DE ATENA CAPITULO 23, La calma, Parte II



Pavel era un soldado raso como cualquier otro, joven, ágil y muy trabajador. Abandonó su tierra natal en búsqueda de mejores oportunidades junto a su fallecido padre.

La ciudad de Atenas era una de las más importantes capitales, tuvieron fe en que en ella lograrían prosperar. Los primeros años trabajaron en el puerto como pescadores hasta que su padre fue promovido por su facilidad en las cuentas y administración.

Él por su parte, al no encontrar emoción alguna en la pesca, se enlistó en el Santuario. Jamás esperó convertirse en un santo, pero la idea de entrenarse, aprender a luchar y servir a los campeones de Atena le pareció buena.

Lo intentó como muchos otros, pero nunca logró encender esa chispa de cosmos que se requería para ser un aprendiz de caballero. Mas eso no lo desanimó, aceptó que no nació para ser uno de los ochenta y ocho, pero sí para ser un guerrero.

Su padre había muerto recientemente, producto de un accidente que lo dejó convaleciente. Agonizó un par de días en que le pidió escribir a su madre y hermanos, diciéndoles que podían venir finalmente a Grecia.

Pavel así lo hizo, pero han pasado muchas semanas en que no ha recibido una confirmación o noticia. Estaba tan preocupado por eso que durante días ha descuidado sus deberes, ocasionándole varios problemas.

De lo que sí estaba seguro es que ninguno de esos errores ha sido tan grave como para que un santo de oro quisiera verlo. Fue toda una sorpresa recibir la orden esta mañana.

Pavel nunca había estado en las Doce Casas, ni mucho menos caminado por las rutas secretas que acortan el tiempo para llegar a la onceaba casa, Acuario.

Subió solo por las escalinatas, adentrándose a las sombras del templo con claro nerviosismo. El salón de batalla estaba completamente vacío, así que aguardó muy quieto a que algo pasara. No pasó mucho tiempo cuando escuchó unos pasos agigantados por el eco. Tomó posición de firmes en cuanto distinguió una figura en armadura que se acercaba.

Tenía entendido que el guerrero que protegía la casa de Acuario era un nuevo adepto al Santuario, por lo que era imposible saber la clase de hombre con el que debía lidiar. Por experiencia se sabe que con el señor de Cáncer se podía ser amigable, con el de Géminis era preferible no hablar o cuidar muy bien las palabras, con el de Escorpión había mucha libertad, con el de Capricornio no había peligro alguno.

Terario de Acuario miró con interés al soldado frente a él. Al poseer una mirada tan profunda y pesada, el joven Pavel se atragantó nervioso.

— Pavel, soldado de rango tres reportándose, señor Terario —pudo decir una vez que se sobrepusiera de la primera impresión, mostrando coraje y determinación en sus ojos—. Estoy a sus órdenes.

— Agradezco que hayas venido —pronunció el santo con voz imperturbable—. No espero quitarte mucho tiempo, pero hay alguien a quien necesitas ver —miró por encima de su hombro, dando una orden a alguien con un leve gesto.

Detrás de la capa blanca del santo de Acuario, un rostro se asomó con timidez.

El soldado parpadeó varias veces en lo que tardó en reconocer al niño que acompañaba al santo de oro. Había crecido mucho desde la última vez que le vio pero sus facciones, ese rostro, lo podría reconocer en cualquier tiempo o lugar.

Pavel esbozó una sonrisa, y por acto reflejo se quitó el casco de protección, pensando en que ayudaría a la memoria del pequeño que lo miraba con recelo. Eran muy parecidos uno con el otro, evidenciando sus lazos de sangre. Ambos tenían el cabello rubio y rizado, ojos de color negro; la piel del pequeño era mucho más blanca, seguramente Pavel también la habrá tenido así cuando llegó a Grecia, mas el constante andar bajo el sol, sin mencionar el entrenamiento, le han dado una tez un poco más oscura y áspera.

El hermano mayor se acuclilló, abriendo los brazos en espera de un fuerte abrazo— Víctor, soy yo —sus ojos se pusieron cristalinos de felicidad.

El niño se sobresaltó al reconocer su lengua de origen. Sonrió ampliamente, lanzándose de inmediato a abrazar a su hermano mayor al cual casi tumbó al suelo.

Terario contempló la cálida escena entre hermanos. Les concedió ese momento sin interrupciones, sólo hasta que Pavel exteriorizara su confusión es que habló.

Le contó lo ocurrido en Rodorio, también lo que Víctor le había dicho sobre su trágico viaje.

Recibir la noticia de dos muertes en un solo día no era algo fácil de sobrellevar, y Pavel no fue la excepción. Tuvo que tomar asiento para meditar bien las cosas. Víctor era lo único que tenía ahora. Lo embargaba una profunda tristeza al pensar en todo el tiempo que su padre ahorró para tenerles un hogar aquí en Grecia, y no pudieron llegar…

Mientras Víctor se entretenía jugando con el casco de metal de su hermano, Pavel habló en griego para el señor del onceavo templo, no deseaba que el niño entendiera.

— Agradezco mucho su generosidad hacia mi hermano menor. Siempre estaremos en deuda, mi señor —el soldado se puso de pie, reverenciando con respeto y admiración.

— No tiene la menor importancia. No existe tal deuda —fue la tranquila respuesta de Acuario.

—Es muy amable— le sonrió todavía más agradecido—. Por casa no tengo que preocuparme, pero mis horarios y turnos… Víctor no podrá cuidarse solo por ahora, mucho menos desconociendo el idioma. Buscar otro trabajo tal vez —suspiró, pensando en voz alta. Pesaba la idea en su cabeza, se ha esforzado tanto y ahora tenía que cambiar de oficio.

— Dale crédito al chico, es inteligente y tiene algunos talentos —Terario pudo decir con certeza, no por nada el niño había reparado con mucha facilidad la mesa de su cocina ayer por la noche—. En cuanto se sienta seguro de su entorno no necesitará de tantos cuidados como crees, pero sí es importante que domine el griego. No precipites tus decisiones— aconsejó serio—. Me informaron que eres buen elemento, bastante dedicado, entiendo que el Patriarca valora a los de tu clase.

Pavel se apenó, jamás había recibido un cumplido de un santo de oro— Sí pero… en esta ocasión debo pensar primero en mi familia.

Acuario cerró los ojos, sintiéndose un poco incómodo al saber que la influencia de su maestro Vladimir luchaba por formar una idea con la que podría aminorar la carga de sus compatriotas— Hagamos esto —dijo, cruzándose de brazos—. Necesito un sirviente de mi entera confianza.

Pavel se mostró sorprendido, pero a la vez temeroso.

— Como santo de oro tengo derecho a tener uno o dos a mi entera disposición. Compartiría tu mismo horario, por lo que partirían juntos a casa.

Pavel jamás ha imaginado una vida de guerrero para Víctor, por lo que estaba demasiado inseguro de la proposición.

—No me malentiendas— Terario lo supo por su gesto así como por el sudor que corrió por la frente del soldado—, no busco un discípulo —era sincero, no existía ese interés—. Serían tareas sencillas, de acuerdo a su edad, se mantendría ocupado que es lo importante. Además, podría enseñarle un poco griego si no me encuentro muy ocupado.

— No quiero sonar grosero pero debo preguntar… ¿por qué tanta generosidad, señor? Usted ya ha hecho tanto por nosotros que… estoy sin palabras, no sé qué pensar.

— Si no estás interesado…—iba a darse la vuelta, retirando así su propuesta.

— No, no, por favor perdóneme —suplicó Pavel—. Sé que no se necesitan motivos para ayudar a las personas, pero su bondad me tiene confundido.

Terario entrecerró los ojos mientras contemplaba a Víctor quien los miraba con ojos curiosos. Puede ser que no entendiera nada de lo que hablaban los adultos pero algo le advertía que era sobre su persona.

— Hace años, un viajero salvó a un niño como él de morir en una tormenta de nieve —recordó a su maestro, su gentileza—… después, ese mismo hombre le dio un propósito, una vida sin esperar recibir nada a cambio —también sus enseñanzas, sus valores—. Mi deseo es imitar las acciones de dicho hombre, así pagaré una vieja deuda.

Pavel se atrevió a suponer que el santo de Acuario hablaba sobre una experiencia personal— Entonces… esperemos que Víctor haga lo mismo algún día. Será un honor para nuestra familia servir a tan noble señor. Esperamos no convertirnos en una molestia para usted —haciendo otra reverencia.

Acuario asintió complacido— Hablaré con el Patriarca entonces. Tú continuarás en tu puesto y Víctor pasará a ser mi subordinado. Espero que te encargues de explicárselo.

Pavel asintió, tomando a su pequeño hermano por los hombros— Estará aquí a primera hora mañana.

— Ahora vayan, de seguro tienen mucho de qué hablar —ordenó, dando medía vuelta para ir hacia sus aposentos.

Pavel se inclinó respetuoso una última vez mientras que Víctor corrió para alcanzarle. Terario se detuvo cuando el niño le tomara la mano solo para decir —Gracias.


Capitulo 23

La calma. Parte II

Seiya de Pegaso contemplaba el paraje devastador en el que se había sumido Meskhenet. Recordaba con tristeza todas esas veces en que pasó por las calles en compañía del Patriarca. En cada visita iba siendo testigo del avance en la ciudad, reflejo del empeño de los habitantes por lograr una hermosa capital.

De las altas edificaciones bellamente adornadas y pintadas quedaban pobres vestigios de lo que alguna vez fueron.

Como mano derecha del Patriarca acudió a Egipto en muestra de buena fe, así mismo para esclarecer cualquier malentendido que pudiera perdurar entre ambas Órdenes.

Shiryu ya se había encargado de equilibrar las relaciones diplomáticas con el Chaty, él sólo vino a reforzarlas trayendo alimentos, vestimenta y algo de mano de obra.

Tras haberse reunido con los santos de Capricornio, Géminis y Sagitta, escuchó sus respectivos reportes y explicaciones, mas aún tras sus buenas intenciones recriminó con severidad la decisión de los santos dorados por abandonar el Santuario sin advertirles, y a Leonardo de Saggita por emprender una misión que no le concernía.

Aún ahora se encontraba molesto. Albert siempre tomaba acciones sin considerar las consecuencias ni le mortificaba arrastrar a otros a sus aventuras, sólo piensa en el objetivo sin importarle nada o nadie más. En cuanto a Sugita no supo qué decirle, una parte de él deseaba pedirle disculpas por pensar que había huido como un cobarde, pero la otra desaprobaba por completo lo sucedido.

Sin embargo, Seiya también halagó sus esfuerzos en batalla. Se sintió orgulloso de escuchar de labios del mismo Chaty que de no ser por la intervención de los valientes santos de Atena Meskhenet, sus habitantes y el Príncipe habrían sido borrados de la faz de la Tierra.

Ikki, el Santo del Fénix, lo había eludido todas las veces en que intentó charlar extensamente con él; el Fénix interrumpía la conversación al ver como algún trabajador necesitaba ayuda o situaciones parecidas.

Seiya lo veía en silencio, la forma en la que martilleaba continuamente una viga de madera para una vivienda. Al atardecer muchos dejaban las herramientas y se refugiaban en el descanso, por supuesto Ikki era de aquellos pocos que continuaban hasta el anochecer.

— Partiremos mañana— dijo Seiya desde tierra.

Ikki, quien permanecía trabajando en el techo, prosiguió con su labor unos cuantos martillazos más hasta detenerse.

— Ya era hora, no es sabio de tu parte abandonar el Santuario ante una posible crisis —agregó el peliazul.

— ¿Vendrás con nosotros? —era la principal pregunta.

El santo del Fénix se giró para verlo directamente a los ojos— Me necesitan más aquí —respondió sin vacilar—, y lo sabes. No dudo que ese monstruo cumpla su promesa de regresar, por eso debo quedarme —notando un gesto preocupante en el rostro de su camarada—. No me malentiendas, Seiya. Mí lealtad está con el Santuario y Atena, pero sólo mira a tu alrededor… ¿crees que merezcan que los abandonemos a su suerte? El Santuario no sufrió daños significativos, en cambio aquí están indefensos, ustedes no me necesitan por ahora.

— Lo sé —admitió el santo de Pegaso—. Creo que Shiryu también lo entenderá, o quizá el mismo te pediría que lo hicieras.

El Fénix asintió sin intenciones de bajar al suelo.

— Vi a Shun hace un par de semanas —comentó antes de perder su atención—. Deberías ir a verlo, eres doblemente tío ya.

Ikki sonrió con apatía— Quizá lo haga, pero soy un hombre muy ocupado estos días —tomando el mazo una vez más.

— Ikki, quiero que me digas la verdad —pidió Seiya con gesto serio—. ¿Qué es lo que realmente opinas sobre lo ocurrido aquí?

El Fenix meditó la pregunta, soltando un suspiro antes de bajar del techo de un salto. Comprendía que era imposible seguir eludiendo el tema.

— ¿Qué quieres decir?

— No me vengas con eso. Sobre Yoh Asakura, su actitud ante todo este desastre. Los asuntos de shamanes es su responsabilidad, sin embargo el muy canalla osó ignorar los llamados de Meskhenet y el Santuario —espetó con indignación.

— Según recuerdo fuiste tú todos estos años quien criticó su conducta entrometida, ¿ahora que no lo hizo lo desapruebas? —sonrió irónico—. Seiya, nunca estás conforme.

— Esto fue diferente y lo sabes. Si nadie se atreve a encararlo yo gustoso lo haré —añadió molesto.

— No tienes ninguna prueba de que él tenga que ver con esto —dijo sin vacilación—, te recomendaría ser precavido. En el mundo de ahora no sólo hay que preocuparse por seres como Poseidón o los otros dioses; shamanes, hechiceros y personas con otro tipo de habilidades han incrementado su número, iniciar un conflicto con ellos sería desastroso.

— Entiendo tu punto, descuida, no seré yo quien inicie un conflicto mayor, pero buscaré esas pruebas, y si las obtengo no dudaré en llegar al fondo de esto.

Ikki no se inmutó, al igual que muchos está consciente del desagrado que el Pegaso Seiya siente hacia el actual Shaman King. Ahora que tenía una razón justificable para tenerle desconfianza no la soltaría fácilmente.

— Haz lo que creas prudente Seiya, yo haré lo mismo. Debemos estar alerta, es claro que esto sólo fue el inicio de más batallas. Descubrir quiénes son los enemigos y sus motivos debe ser una prioridad.

— Para este momento Shiryu ya debió haber alertado a los demás. Sólo debemos esperar a que hagan un segundo movimiento para atraparlos, esta vez sin sorpresas.

------------

Grecia. El Santuario de Atena. Templo de Curación.

Abrió los ojos sintiéndose aún muy agotado. Lo primero que vio fue el rostro de su amiga Kaia y agradeció tal alegría.

Ella le dedicó una sonrisa, avergonzándose al permitir que un par de lágrimas escaparan de sus ojos. Las limpió rápidamente para decir —Bienvenido al mundo de los vivos, Giezi.

El Apóstol de Seth curveó un poco los labios para responder el saludo —Estoy vivo… ¿cómo puede ser?

—La nobleza del Santuario es abrumadora —respondió antes de sentarse a su lado.

Giezi examinó con un par de miradas la habitación, las camas vacías, los medicamentos y el azul de cielo que enmarcaba la ventana.

—¿Dónde está Assiut?... Kaia…. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué ocurrió en Meskhenet? —preguntó alarmado, intentando levantarse sólo para notar algo que no recordaba del todo haber hecho.

Cuando buscó apoyarse usando las manos, una no respondió. Kaia se acongojó al ver el desconcierto en el rostro de su compañero.

Giezi se recostó de nuevo, reviviendo a través de los recuerdos el momento en que perdió el brazo izquierdo y la pierna derecha durante el combate contra el santo de Acuario.

La egipcia le tocó el hombro para responder— Te lo diré, pero debes guardar la calma, ya no hay nada que podamos hacer para cambiar lo que pasó…

La sierva de Isis le relató los eventos transcurridos durante las últimas horas del conflicto con Sennefer. Sobre el destino de los reyes y el deteriorado estado en que se encontraba Meskhenet. Giezi se atragantó al resentir cada noticia.

— Nosotros regresaremos pronto con nuestro pueblo. Se decidió que lo mejor es esperar a que te repongas lo suficiente para el viaje —Kaia lo confortó en todo momento, sin soltarle la mano.

— Ese maldito monstruo —Giezi se lamentó— No pude hacer nada… Como Apóstol del Templo de Seth era mi obligación enfrentarlo… derrotarlo… destruirlo para borrar el estigma que dejó en la casa de Seth cuando traicionó a Egipto —musitó con rencor, apretando con fuerza la mano de la guerrera.

— No te martirices de este modo. Sennefer es un enemigo terrible. Assiut quedó muy malherido, y ni siquiera con la ayuda de los santos Atenienses fueron capaces de acabar con él.

— ¿Qué sucederá ahora Kaia?... sin nuestra Reina estaremos más perdidos que nunca— Giezi se afligió, como muchos otros siempre consideró a la soberana Inet la luz que los encaminaría hacia un futuro radiante, y ahora las tinieblas han vuelto a cubrirlos

— Debemos confiar en que nuestro joven Faraón podrá conducirnos hacia parajes más hermosos.

— Es apenas un chiquillo —dijo desanimado.

— Y con más razón necesitará de nuestra ayuda.

Giezi suspiró desalentado. Desde el principió creyó que toda la misión era una locura, no dejaba de pensar en que si hubieran simplemente realizado los mandatos de Sennefer habrían logrado salvar más a su nación, pero la reina Inet fue de noble corazón hasta el final.

Pensando en ello es que hasta entonces se preguntó por alguien— ¿Qué me dices de Shai? ¿Qué harán con ella? —cuestionó, consciente de los malos entendidos que pudo causar su aparente alianza con los Apóstoles.

— No lo sé. Desde que desperté no se me ha permitido salir de este lugar.

— ¿Entonces somos prisioneros?

— No lo creo… quizá es sólo por precaución. En su lugar yo habría hecho lo mismo buscando la seguridad de ambos bandos —la guerrera anticipó los pensamientos de Giezi—. No seas paranoico. El mismo Patriarca vino aquí, pude hablar con él lo suficiente como para saber que es un líder justo y honorable, estamos a salvo.

De repente escucharon cómo tocaron a la puerta, abriéndose pese a que aún no habían cedido el pase.

Los dos Apóstoles guardaron las apariencias al ver a la amazona con mascara dorada que entró a la habitación.

-----------

Grecia. El Santuario de Atena. Coliseo

Shaina de Ofiuco caminó por las gradas vacías del gran Coliseo. Subió hasta los últimos peldaños para divisar a la chica de cabello oscuro que había estado buscando.

Permitió que sus tacones hicieran el suficiente ruido para hacerse notar. La joven amazona de Virgo volteó casi al instante, sin mascara. Estaba allí, sentada al borde de la muralla.

Maestra y alumna se miraron en silencio, el encuentro pareció incrementar la intensidad del viento por un instante en que los banderines se sacudieron con violencia.

— ¿Recordaste este lugar? —Shai de Virgo preguntó.

— Imaginé que te encontraría aquí —aclaró sin avanzar más. Shaina no sabía qué sentir al verla vestir el uniforme del Santuario.

— Sí… venía a este sitio cada que te hacía enfadar —respondió con nostalgia—, esperando a que te tranquilizaras.

— Por un momento creí que habías huido —añadió con rudeza, después de todo desapareció del templo de Curación sin que nadie lo notara.

— ¿Huir? —Shai se levantó, mostrando una mirada afligida—. No hay necesidad, no hice nada de lo que me arrepienta —alegó para indignación de la guerrera de Ofiuco.

— ¡¿Por qué insistes con eso?! —Shaina inquirió impaciente.

— ¡¿Por qué te cuesta tanto creerlo?! —contestó del mismo modo, provocando un silencio más al darse cuenta de lo mucho que llegaban a parecerse—. Ya lo he explicado, incluso el Patriarca lo comprendió… Admito que no fue fácil fingir mi traición, mucho menos cuando tú apareciste frente a mí para luchar —le temblaron los brazos por la frustración, mas prosiguió con valentía—. Pero como te lo dije en el templo de Virgo, mi intención era salvar a todos los que son queridos para mí.

— Estaba dispuesta a matarte —Shaina le recordó con angustia.

— Lo sé, y jamás te lo reclamaré, yo habría hecho lo mismo —musitó comprensiva, intentando acercarse—. Yo y los Apóstoles acordamos luchar contra ustedes tratando de evitar todas las muertes posibles, pero el sujeto que venía con nosotros en ocasiones era incontrolable. Lamento las bajas que pudieron haber ocurrido, pero en comparación con el pueblo de Egipto el Santuario está intacto.

— Debiste acudir a mí.

— No podía —dijo sacudiendo la cabeza—… Esperaba que te dieras cuenta que jamás habría actuado como lo hice sin una razón —Shai rió entristecida—, pero supongo que no me conoces tan bien como creía.

De nuevo silencio mientras el viento remolineó los pensamientos de ambas.

El verdadero rencor de Shaina era hacia sí misma por no haber encontrado la verdad detrás de todo lo ocurrido. Shai tenía razón, no podía llamarse su maestra si creyó con tanta precipitación su deslealtad.

Shaina entendió que su discípula había aprendido muchas cosas de ella, entre ellas su obstinación, así que para evitar una discusión interminable dijo— No tiene sentido seguir discutiendo por esto, creo que Ikki ha sido una mayor influencia como maestro de lo que yo fui para ti —habló para sorpresa de la joven amazona—. Pero si vas a seguir sus pasos entonces debes estar preparada para soportar lo que los demás piensen de ti ante cada acción que tomes. Muchos serán los que desconfíen de tus intenciones a partir de ahora.

— Estoy consciente —agregó sin miedo.

— Salvaste la vida del Patriarca ese día, estoy orgullosa, pero si piensas permanecer en el Santuario será mejor que olvides las viejas costumbres de Egipto, aquí las amazonas estrictamente deben portar su máscara ¿o es que acaso lo olvidaste? —recriminó autoritaria.

Shai se tocó el rostro para sonreír—. Deberé conseguir una provisional, cierta persona hizo pedazos la mía.

— No pienso pedir perdón por eso, pero una cosa más. Pese a las circunstancias, pude comprobar lo fuerte que te has vuelto, continúa así.

La amazona de Virgo asintió, siendo la señal por la que Shaina comenzó a bajar las escalinatas.

La guerrera de Ofiuco no se atrevió a decir palabras más amables al no saber cómo confrontar la situación del todo. Además, todavía estaba algo afectada por lo que vio dentro de la técnica de la amazona de Virgo.

Al tiempo que recuperó la conciencia, le explicaron el alcance de dicho encantamiento por el que su mente fue encerrada dentro de una pesadilla creada por sus propios recuerdos y temores.

Lo que Shaina de Ofiuco experimentó no le permite sentirse cómoda al estar al lado de Seiya. La ilusión sin duda manifestó lo que siempre ha temido, aquello que se ha esforzado por ocultarse a sí misma. Aunque haya sido un juego mental jamás olvidaría la agresiva mirada de una vengativa Atena.

------------

Dejó atrás las llanuras de arena después de un peregrinaje de días por el vasto desierto. El mar apareció en el horizonte como un centinela que le impedía continuar.

Cada diamante incrustado sobre la imponente Zohar de Estéropes resplandecía por los rayos del sol naciente, dándole un aspecto divino a un monstruo desalmado.

Sennefer mantuvo sus pies alejados del oleaje, con precaución caminó por la playa desértica, buscando algo que encontró después de algunos kilómetros.

Miró arrogante aquello que el mar empujaba con insistencia para que saliera de sus aguas. Entre la arena blanca resaltaban manchas que simulaban petróleo. Ante la presencia del Patrono, estas empezaron a reaccionar como serpientes agonizantes.

Sennefer tomó el Cetro de Anubis que irradió un fulgor opaco de color rojo, por el cual las manchas de alquitrán tomaron forma poco a poco.

— Nunca imaginé que un Apóstol sería capaz de dejarlos en este estado —musitó decepcionado.

Conforme se formaban, las bestias gruñían a causa del doloroso proceso por el que sus miembros se unían. Erebus, el demonio de cabello negro fue el primero en surgir del agua y la arena, rugiendo de manera violenta. Sus alas se extendieron con una fuerza que estalló sobre las olas cercanas, abatiendo el oleaje.

Sennefer sonrió complacido por el suceso, mas arrugó el entrecejo al ver que Mastema no era capaz de recuperarse.

El demonio de cabello anaranjado se arrastró un poco por el suelo, carecía de piernas, brazos o alas que pudieran alzarlo. Visiblemente deformado su cuerpo se escurría como fango entre la marea, miraba con ojos suplicantes a su amo y hermano quienes lo contemplaban con lástima.

Sennefer guardó silencio mientras Erebus se acuclilló junto a él, abriendo sus alas en un intento austero de protegerlo del entorno que lo lastimaba.

— Antes de ser derrotados por el Apóstol Sagrado de Horus diste un inquietante espectáculo Mastema —musitó el Patrono, repasando los hechos en su mente—. ¿Qué fue lo que pasó? —preguntó inclemente.

La quijada del demonio estaba incompleta, por lo que entre balbuceos pudo responder — Much…a vida… —atragantándose— …sangre de… santo… tenía mucha… vida. Quemó… sangre hervía…co… volcán… mucha… vida…

El egipcio permaneció pensativo, alejándose de la moribunda bestia. Contempló el cetro, pensando que era la primera vez que parecía inútil.

— Ese muchacho —recordando al insolente santo de Capricornio—, me intriga cada vez más —confesó sonriente.

— ¡¡Vaya, hasta que te dejas encontrar!! —reclamó una voz furiosa y altanera.

El demonio completo se alzó alarmado ante la inesperada aparición, mas al reconocer a la dueña de dicha voz Sennefer permaneció de espaldas a ella.

Erebus se sentía confundido, no la sintió acercarse en ningún momento. No había razones para atacar, era una de las aliadas de su amo por lo que continuó confortando a su hermano moribundo.

— Mi querida Leviatán —dijo el egipcio—, ¿qué es lo que haces aquí?

Allí en la playa apareció una joven que portaba una armadura vistosa de colores azules como zafiros y cristales purpuras. Su tamaño y atributos indicaban ser apenas una adolecente de piel muy blanca, casi como la espuma del mar. Tenía cabello azulado como el de las olas, alzado en una coleta que lo hacía simular una cascada.

El casco que protegía su cabeza era muy similar al de Sennefer, la celada cubría la mitad superior del rostro, dejando a la vista únicamente unos pequeños labios coloreados con pintura rosa pálido.

— Me mandaron a buscarte ¿qué más? —se quejó, mirando con desagrado el océano—. Al no volver después de que abandonaras Egipto preocupó a algunos, pero el señor dijo que te diéramos tiempo, un tiempo que ya excediste, así que regresemos ya —ordenó con un tono fuerte e impaciente.

Sennefer se volvió hacia ella, provocando un gesto de total repulsión en la joven.

— ¡Sí que te golpearon duro esta vez, qué desagradable…!— se cubrió la nariz, como si pudiera imaginar el aroma de la carne humeante en el momento en que ocurrió el accidente— ¿Por qué continúas así? —preguntó, sabiendo de la habilidad regenerativa del egipcio.

— Esta vez la situación es un poco más complicada —comentó despreocupado, mirándose la mano carente de dedos y otros carbonizados—. El fuego del Fénix ocasionó un efecto más duradero del que pude imaginar, necesito ingredientes…

Leviatán miró hacia las bestias aladas cuando uno gimió en agonía.

— ¿Así es como tratas a tus mascotas, Sennefer? Tengo entendido que fueron un regalo de nuestro señor, mira en qué lamentable estado los tienes —desaprobó completamente el desinterés del Patrono—. Regresemos, en vista que no estás capacitado para ayudarlos siquiera, quizá el señor sí pueda.

— No pienso molestarlo por algo tan trivial como esto —respondió sonriente—. Como ya dije, sólo necesito de hacerme de algunos ingredientes y estaremos bien.

— Ingredientes… —repitió la chica, pensativa—. Quizá es por eso que Tara me mandó con esto para ti.

Escondido detrás de una duna de arena emergió un hombre de piel clara y cabello negro. Era un individuo alto, muy fornido, parecía un cazador con un atuendo anaranjado muy primitivo. Sus ojos abiertos y ausentes delataban total autismo. No reaccionó de ninguna forma al ver a los monstruos allí reunidos.

Seneffer lo estudió con atención, asintiendo gustoso al encontrarlo apropiado— Tara siempre está un paso delante de todos —rió sarcástico.

El Patrono extendió la mano hacía el sujeto, y tras un leve destello en sus ojos el hombre estalló.

Aunque Leviatán hubiera querido, no pudo ocultar el espanto que le causó ver flotar todos los pedazos y entrañas humanas. Sin caer al suelo, todo elemento que formó anteriormente a un ser humano se había dividido. La piel, carne y huesos se amontonaron en extrañas masas palpitantes mientras la sangre se mantenía a flote sin ninguna clase de dificultad.

El egipcio se privó del Zohar de Estéropes, siendo tras un pensamiento que una pequeña cantidad de carne se le adhirió al rostro y manos como si hubieran sido magnetizados.

Segundo a segundo la cara de Sennefer recobraba su apariencia original, borrando toda marca que el aleteo del poderoso Fénix logró sobre él. Se tronó los dedos tras haberlos recobrado todos.

Leviatán prefirió no prestar atención al proceso, era demasiado asqueroso para su gusto.

El Patrono del Zohar de Estéropes caminó hacia donde sus criaturas aguardaban instrucciones. Tras haber analizado la situación de ambas tomó una decisión.

Como un artista vislumbró el resultado que deseaba para la escultura que iba a comenzar.

— Bien, juguemos a ser dioses —musitó con malignidad.

---------

En algún lugar de Norteamérica.

Yoh Asakura contemplaba por última vez a los Grandes Espíritus. La máscara en su rostro impedía a cualquiera imaginar la clase de sentimientos que le acompañaban ante dicha visión.

Percibía como los sabios espíritus intentaban advertirle y aconsejarle. Ellos le cuestionaban constantemente sobre su decisión recibiendo siempre la misma respuesta —No se preocupen, ya verán que todo se solucionará—, su eterna convicción.

El Shaman King dio media vuelta dispuesto a abandonar tierra sagrada, mas en un último paso una voz intentó hacerlo cambiar de parecer.

¿Está seguro de continuar con esto, amo Yoh? — preguntó preocupado su antiguo y leal espíritu acompañante.

El señor de los Asakura se detuvo, sin dignarse a mirar a Amidamaru*, el espíritu del legendario espadachín al que apodaron “El dios de la muerte” por el número de asesinatos que llevó a cabo poco antes de fallecer.

— Si no quieres venir eres libre de hacerlo, Amidamaru —respondió el Shaman King.

El samurái de cabello grisáceo bajó la cabeza— Sabe bien que no haré eso, amo, pero no deseo que se arrepienta después… Usted no es la clase de hombre en el que está dispuesto a convertirse, por eso… yo…

— Descuida, he sido considerado un monstruo en cada una de mis vidas pasadas —explicó con indiferencia a su subordinado—, estoy preparado.

El samurái intentó decir algo pero la fuertes palabras de Yoh lo detuvieron— ¡Tú decides Amidamaru! ¡¿Estás dispuesto a seguir a un monstruo despreciable como yo?! —gritó molesto, le era desagradable percibir tanto temor e incertidumbre de su sirviente—. ¡Decídete ahora! ¡La paz eterna al unirte finalmente con los Grandes Espíritus o ser un ruin desertor como yo!

Amidamaru levantó el rostro alarmado, esa muestra de enfado sólo le indicaba una cosa. Eran pocas las veces en las que lo ha visto comportarse así, él lo conocía mejor que nadie... Se sintió avergonzado por su actitud, él no era nadie para cuestionar las decisiones del Rey de los shamanes., por lo que dejó atrás toda duda o inseguridad.

Mi espada siempre estará a su servicio, amo Yoh —el samurái musitó solemne.

— Marchemos ya —el Shaman King ordenó de inmediato, tapándose la cabeza con la capucha de su capota clara—, este lugar ya no es el apropiado para nosotros.

El espadachín asintió, transformándose en una corriente de aura azul que rodeó como una estola al rey de los shamanes.

La corriente espiritual de Yoh Asakura le dio vida y fulgor a su manto ceremonial. El shaman se transformó en un águila de luz que tras un chillido se desvaneció como una estrella fugaz en el firmamento.

Cada uno de los Oficiales en la Aldea Apache percibió la partida del Shaman King. Todos se conmocionaron por ello. Sin aviso o explicación su líder los había abandonado.

FIN DEL CAPITULO 23

* Amidamaru, personaje oficial de la serie SHAMAN KING. El espíritu acompañante de Yoh Asakura.